Sobre la voluntad
No es que nos estemos burlando de ustedes pero, en verdad, ninguno de nosotros ha mentido de algún modo. Sé muy bien que nuestras versiones coinciden hasta en el último detalle y, sépanlo de una vez, no encontrarán inconsistencias en las declaraciones. Léanlas hasta petrificarse. También buscarán en vano en los archivos del médico forense y en las pruebas de laboratorio hechas una y otra vez. Revisen todo, todo de nuevo y se van a volver a joder.
Lo cierto es que nadie le hizo nada a Tercero. Nadie lo tocó, nadie lo envenenó, y si estaba completamente sano (como lo demuestran los informes) no es nuestra culpa.
Simplemente (carajo, hoy lo he dicho unas treinta veces) se levantó de la mesa y nos miró sonriente, luego dijo con su voz clara, "Bueno, señores, es hora de morirme". Y así fue.
Lo cierto es que nadie le hizo nada a Tercero. Nadie lo tocó, nadie lo envenenó, y si estaba completamente sano (como lo demuestran los informes) no es nuestra culpa.
Simplemente (carajo, hoy lo he dicho unas treinta veces) se levantó de la mesa y nos miró sonriente, luego dijo con su voz clara, "Bueno, señores, es hora de morirme". Y así fue.