Metafísica del caos II
Dispuestos así sobre la mesa, los libros, la pluma, la tinta, el café y el tabaco esperan la intervención del Demiurgo puntual. La atonalidad primigenia, la confusión original se devora los relojes. El desorden del librero y de la sala entera es el reflejo de un secreto tejido, espantoso, que el azar ha improvisado con todo lo que existe. El Demiurgo hoy no llegará a la cita, pues tiene pesadillas con sus criaturas
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