Conozco a un filósofo. Mejor: conozco a un profesional de la filosofía. No... es mucho más justo afirmar: conozco a un Doctor en Filosofía. Es un tipo exigente de la peor clase, es decir, de los exigentes que nunca tienen dinero. Pretende conocerlo todo y se otorga las más amplias licencias para hablar de cualquier cosa, incluso de música. Argumenta a la menor provocación y, si no le pones un trapo empapado de licor en la boca, difícilmente dejará su cháchara. Si hoy te encuentras con él, peor para ti. No le hables, no le mires siquiera. Y si de plano no puedes evitarlo, entonces finge que tienes algo valioso en la cabeza: tal vez algo inteligente que decir.Etiquetas: charlatanería, charlatanes, Filosofía, filósofos
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